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Asma, ¿un giro de 180 grados en los factores de riesgo?

¿Puede empezar diciéndonos cómo está evolucionando la prevalencia del asma y por qué?

Esto depende en gran medida de la definición de asma, la región geográfica y el grupo de edad. En los países europeos, norteamericanos y algunos asiáticos, parece existir una tendencia al alza. Por ejemplo, las investigaciones basadas principalmente en estudios repetidos de niños en edad escolar1 muestran que la prevalencia del asma en la mayoría de los países occidentales aumentó en las cuatro últimas décadas del siglo XX.

La razón de esta tendencia al alza es un cambio en la causa/generador subyacente o en los factores que exacerban la enfermedad. En particular, el cambio climático antropogénico ha aumentado las concentraciones de polen y ha prolongado las temporadas de polen. El polen en el aire tiene un mayor impacto negativo en la reactividad bronquial que la contaminación atmosférica.

¿Y está aumentando también la mortalidad por asma?

Afortunadamente, la mortalidad de los pacientes asmáticos ha ido disminuyendo en las últimas décadas.2 La explicación más plausible es el uso temprano de corticoesteroides, principalmente mediante inhaladores, combinado con un mejor cumplimiento terapéutico y menores tasas de tabaquismo. Sin embargo, la mortalidad de los pacientes asmáticos sigue siendo superior a la de los no asmáticos.

De hecho, aparte de los episodios/exacerbaciones graves de asma, aún se desconoce mucho sobre la relación entre el asma y las causas de muerte. Un estudio transversal multicéntrico reveló que las causas de muerte más frecuentes entre los pacientes asmáticos son las enfermedades cardiovasculares, seguidas de los tumores malignos y las infecciones.3 Los pacientes asmáticos que padecen además enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una afección conocida como síndrome de superposición asma-EPOC (ACOS, por sus siglas en inglés), presentan una mortalidad más elevada que los pacientes que sólo padecen asma.4

Hemos visto los titulares que relacionan el asma con el Covid. ¿Apoyan plenamente las últimas investigaciones una conexión entre el asma preexistente y un mayor riesgo de infección por SARS CoV-2 o de desarrollar una forma más grave de Covid?

En la mayoría de los pacientes, el asma no parece ser un factor de riesgo importante para contraer una infección por SARS-CoV-2 ni aumentar el riesgo de Covid más grave. Una importante revisión, por ejemplo, no encontró diferencias en la duración de la hospitalización ni en el riesgo de traslado a la unidad de cuidados intensivos (UCI) entre pacientes asmáticos y no asmáticos.5

De hecho, de forma contraintuitiva, hay incluso varios estudios que indican que el asma podría estar relacionada incluso con un menor riesgo de mortalidad por Covid.6

Hasta ahora, los estudios no han identificado ninguna «relación peligrosa» entre el asma y Covid. Sin embargo, serán necesarios más estudios clínicos para confirmar estos sorprendentes resultados preliminares. Por lo tanto, la situación puede cambiar y hay que vigilarla de cerca.

¿Qué hay de una conexión con el Covid prolongado? ¿Hay estudios que demuestren que el asma preexistente aumenta el riesgo de desarrollar esta afección post viral?

Si. Aquí parece haber una conexión. Entre los factores de riesgo demográficos de Covid que aparecen en muchos estudios se incluyen el asma preexistente, así como el aumento de la edad, el sexo femenino, el sobrepeso/obesidad y la mala salud física y mental (prepandémica).

Por lo tanto, en lugar de ser una condición limítrofe para la mayoría de los seleccionadores de Vida, ¿existen varios aspectos del asma que los aseguradores deben tener en cuenta?

Sí. La mortalidad de los pacientes asmáticos, especialmente de los que padecen asma más grave y ACOS, sigue siendo superior a la de los pacientes no asmáticos. El indicio es que los pacientes asmáticos presentan una disminución más rápida de la función pulmonar en comparación con los que no padecen asma.7 Los estudios también han identificado una conexión entre la velocidad de disminución de la función pulmonar y la gravedad de los síntomas de asma. Además, estudios longitudinales han demostrado que el asma en la primera infancia provoca disminuciones de la función pulmonar que son persistentes y detectables a lo largo de la infancia y la adolescencia, e incluso durante la edad adulta. El asma es también un factor de riesgo de Covid prolongado. Por tanto, la presentación de una prueba de función pulmonar para los solicitantes de seguro de Vida, salvo para los que sólo padecen asma leve, es útil para la suscripción.

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Contribuyente

Achim Regenauer, Chief Medical Officer, Europe and Asia Pacific

Las opiniones expresadas son exclusivamente las del autor. Este artículo tiene únicamente fines informativos, educativos y de debate. No constituye asesoramiento legal o profesional y no refleja necesariamente, en todo o en parte, ninguna posición corporativa, opinión o punto de vista de PartnerRe o sus filiales.

1 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC557212/; https://academic.oup.com/jpubhealth/article/38/3/e263/2239842?login=false

2 https://www.resmedjournal.com/article/S0954-6111(18)30242-7/fulltext

3 https://bmcpulmmed.biomedcentral.com/articles/10.1186/1471-2466-13-73

4 https://www.dovepress.com/incidence-and-long-term-outcome-of-severe-asthmandashcopd-overlap-comp-peer-reviewed-fulltext-article-COPD

5 https://www.karger.com/Article/FullText/510953

6 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8401144/pdf/main.pdf

7 https://erj.ersjournals.com/content/30/3/411

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